El centauro indeciso Casi llegando a Dolores yo vi un centauro. Estaba parado a cincuenta metros de la ruta. Mitad hombre, mitad caballo. Mitad caballo, mitad hombre. El centauro quería comer porque era pasada la hora de la merienda. A su derecha se extendía un campo jugoso de alfalfa fresca. A su izquierda, un puesto de choripán. | -¿Qué como?-dijo-. ¿Alfalfa o choripán? ¿Choripán o alfalfa? Dudaba. Y tanto dudó que se fue a dormir sin comer. -¿Dónde duermo?-dijo-. ¿En una cama o en un establo? ¿En un establo o en una cama? Dudaba. Y tanto dudó, que se quedó sin dormir. Mucho tiempo sin comer y mucho tiempo sin dormir, el centauro se enfermó. -¿A quién llamo?-dijo. ¿Al médico o al veterinario? ¿Al veterinario o al médico? Dudaba. Y tanto dudó que se murió. -¿Dónde van los centauros cuando mueren?-me dije entonces yo. Y como no sé, agarré y lo resucité. Ema Wolf “Los imposibles” Editorial Sudamericana (1988 |
miércoles, 31 de agosto de 2011
el centauro indeciso
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