miércoles, 31 de agosto de 2011

el centauro indeciso

El centauro
indeciso


Casi llegando a Dolores yo vi un centauro. Estaba parado a cincuenta metros de la ruta.
Mitad hombre, mitad caballo.
Mitad caballo, mitad hombre.
El centauro quería comer porque era pasada la hora de la merienda.
A su derecha se extendía un campo jugoso de alfalfa fresca. A su izquierda, un puesto de choripán.
-¿Qué como?-dijo-. ¿Alfalfa o choripán? ¿Choripán o alfalfa?
Dudaba.
Y tanto dudó que se fue a dormir sin comer.
-¿Dónde duermo?-dijo-. ¿En una cama o en un establo? ¿En un establo o en una cama?
Dudaba.
Y tanto dudó, que se quedó sin dormir.
Mucho tiempo sin comer y mucho tiempo sin dormir, el centauro se enfermó.
-¿A quién llamo?-dijo. ¿Al médico o al veterinario? ¿Al veterinario o al médico?
Dudaba.
Y tanto dudó que se murió.
-¿Dónde van los centauros cuando mueren?-me dije entonces yo.
Y como no sé, agarré y lo resucité.
Ema Wolf “Los imposibles”
Editorial Sudamericana (1988

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